Por Juan Tomás Valenzuela
Yo y un grupo de creyentes
nos quedamos esperando
lo que se estaba anunciando
contra el padre disidente.
Rogelio, que está consciente
que la Iglesia no lo quiere,
fue a esperar que el consigliere
de la orden salesiana
vaya a la Iglesia mocana
a relevar sus deberes.
Pero aquí, según parece,
el concilio salesiano
no encontró a ningún cristiano
que vaya a Moca y lo encuere,
y es que con esos poderes
que tiene Rogelio en moca,
pa’ lanzársele a la loca,
como si el fuera un palomo
hay que estar, o jarto e’ romo
o tras de una buena bicoca.
Pa’l que no estaba enterado
de que fue lo que pasó,
fue Falcondo que intentó
echar a Rogelio a un lado.
para eso habían contratado
a la orden salesiana,
y ellos, de muy buena gana,
tal vez detrás de unos pesos,
fueron a ruyirle el hueso
y se echán una canana.
El cura, que fue por lana,
pero salió trasquilado,
hoy se muestra avergonzado
por esta acción tan mundana.
Se había olvidáo de la hermana
que él estuvo tenaceando.
No supo como ni cuando
Rogelio en un lapso corto,
se enteró lo del aborto
y ahora anda reculando.
Con todo estos líos de faldas
que abundan en torno a la fé,
ninguno se va a atrevé
a entregar ninguna carta.
Aquí, lo único que falta
es que prime la cordura,
que el que quiso fuñí al cura
muestre su arrepentimiento
y en la próxima esté atento
a no incurrir en diabluras.
2 abril 2018